lunes, 16 de diciembre de 2013

He pecado

Ya sé que seguir una dieta, y menos la paleodieta, no es una religión pero en ocasiones lo siento así: pecadora. Debe ser reminiscencias de mi educación católica. ¿Y cuándo ocurre? No el sábado pasado, cuando me comí una rebanada de pan con los aperitivos en la celebración del cumpleaños de mi suegro, ni tampoco en Semana Santa, cuando me comí una torrija hecha por mi madre, ni siquiera cuando compré un paquete de galletas con chocolate negro y sin gluten porque estaban de oferta (las guardo para Navidad). No me siento culpable cuando decido comer algo de fuera de la dieta precisamente porque es una decisión. Decido el qué, el cuánto y el cuándo. ¿Entonces? 

lunes, 9 de diciembre de 2013

Comer para adelgazar


Hace unos días encontré por la red un meme de humor que me resultó bastante interesante. 
 
A los dietistas-nutricioneistas les encanta

En él, se parte de la pirámide nutricional clásica para dividirla en dos: el trapecio de la pérdida de peso (lácteos, huevos, carne, pescado, fruta y verdura) y el sombrero de papel de la felicidad (dulces, pan, pasta, refrescos, helados…). Los comentarios al meme que encontré eran del tipo “ñam, sombrero de papel…”, “ahora lo entiendo todo” o incluso “eso se lo han inventado las industrias de los lácteos y la carne”.